Te contamos un poco de la vida en este pedacito de la ciudad, que es una tradición
En el corazón de Xalapa, la vida en el Callejón del Diamante transcurre entre colores en diversas formas; olor a incienso y café, música y el ir y venir de decenas de personas a lo largo del dÃa. Este pedacito en la ciudad es toda una tradición.
Aunque las y los artesanos se vieron severamente afectados en sus finanzas por la pandemia, poco a poco la vida colorida en el lugar se va recuperando.
Se tejen hilos, chaquiras, se da forma al alambre, se enlazan piedras, se exhiben bordados, tejidos, artesanÃas diversas, todo con el ánimo de ganarse la vida. Todo se mezcla entre sitios donde se puede comer o tomar café. Es tan solo un poco de lo que en el quehacer diario en el callejón que es paso obligado para visitantes, y para muchos habitantes, puede observarse.
El callejón tiene la peculiar orografÃa de la ciudad, con pendiente (un tanto empinado, aunque casi nada en comparación con otras calles de Xalapa), y empedrado.
No puede faltar el olor a café que recién se tuesta o se sirve, en cafeterÃas que se han vuelto una tradición para habitantes y visitantes de la capital veracruzana. Incluso destacadas figuras de las artes y el espectáculo, han degustado el café veracruzano en alguno de estos lugares.
En sus entrañas se albergan locales en donde se encuentran artÃculos artesanales, vestimenta, discos y diversas curiosidades no solo de Veracruz, sino del paÃs y también de otras culturas en el extranjero.
Afuera de los locales, en mesas con sombrillas y una silla al lado, se encuentran artesanos y artesanas, elaborando y exhibiendo un sinfÃn de joyerÃa y otras manualidades, asà como algunos comestibles orgánicos como los bombones de café, además de rosarios, pulseras y aretes, hechos de granos de café. No faltan, sin duda, algunos juguetes, accesorios y otras variedades.
La música es diversa y cambia, en muchas ocasiones, en cada tramo. Es común escuchar sones jarochos, sones cubanos, trova y música afro, o el peculiar y vibrante sonido de un yembé o de una jarana.
El callejón del Diamante es más que una tradición en Xalapa, es parte de la vida diaria de decenas o centenares que por ahà transitan, de quienes se dan cita para tomar un café y reencontrarse, es sitio de esparcimiento, de forma de ganarse la vida, y de apreciar diversidad cultural entre el aire bohemio de la Atenas Veracruzana.
Este verano, la vida en el Callejón se nota con algunos visitantes, y poco a poco va volviendo la algarabÃa del lugar, con el regreso de la vida estudiantil y universitaria tras dos años de pandemia. El callejón, con todo y sus leyendas, es testigo de ires y venires en la llamada nueva normalidad.
El Callejón del Diamante es arteria clave en el corazón de la ciudad.