La piedra de Trujillo, camino a La Meca | Trujillo - Hoy

2022-05-28 16:42:08 By : Mr. Steven Wei

Maquinaria de la cantera trujillana con uno de los boques. / JSP

El término municipal de Trujillo cuenta con un tesoro, en su mayoría oculto, muy apreciado. No solo en la zona, sino también en otros lugares insospechados. Se trata de su piedra típica, o siendo más precisos su granito común, catalogado como 'azul platino'.

A lo largo de las últimas tres décadas, esa roca trujillana ha 'conquistado' mercados de diferentes continentes para levantar construcciones emblemáticas. Y es que, desde jeques árabes hasta políticos de la OTAN, pasando por ciudadanos de Yokohama, han pisado de una u otra forma suelo trujillano.

De esas importantes obras, hay una que llama la atención. Se trata de la estación del AVE de La Meca a Medina situada en la ciudad de Jeddah, en Arabia Saudí, construida en 2014. Esa piedra de la tierra de Pizarro sirvió para hacer desde su solado hasta estructuras interiores y exteriores.

Este tesoro granítico ya tratado proviene de 'Explotación Gibranzos', situada en la zona conocida como 'sierra La Pepa', a unos pocos kilómetros de la ciudad trujillana por la autovía A-58. Comparte término municipal con las poblaciones de La Cumbre y Plasenzuela y está integrada en el grupo 'DFG Natural Stone', cuyo fundador, David Fernández Grande, fue artífice de una verdadera revolución del granito gallego, según se detalla en su web.

Aunque pasen los años, el responsable de esta cantera, Alberto Martín, no se olvida de esa faraónica obra en Arabia Saudí, diseñada por el arquitecto británico Norman Foster. «En cuanto extensión, ha sido la más grande que se ha hecho», con la piedra trujillana. Prueba de ello es que se sacaron solo para esa construcción 15.000 metros cúbicos en un año, además de atender a otras necesidades.

En total, partieron cerca de 2.000 camiones cargados con ese 'azul platino a la fábrica que tiene la entidad en Monçao (Portugal), para su transformación. Después, ese material ya tratado se envió en grandes contenedores en barco.

Esta materia prima trujillana también ha servido para construir otros espacios singulares, como el aeropuerto de La Guardia en Nueva York, la fachada del Parlamento Europeo y la sede permanente de la OTAN en Bruselas, además de la Estación de Metro Kowloon en Hong Kong. Asimismo, se venden bloques en bruto a China.

Igualmente, se ha utilizado para obras en el territorio español, como el planetario de Valencia que culminó el arquitecto Santiago Calatrava, así como el auditorio de Tenerife, el aeropuerto de Bilbao y el paseo Marítimo de Vigo. De hecho, ahora se está ampliando utilizando también piedra trujillana.

Galería. Estación del AVE de Jeddah, en Arabia Saudí.

Antes de poder enviar ese granito, se necesita hacer un proceso laborioso, que ejecutan los 21 trabajadores que tiene esta cantera. Alberto Martín recuerda que las extracciones se realizan por perforación, con el fin de sacar grandes cubos de aproximadamente 1.300 metros cúbicos. Hechas las perforaciones, se pasa un hilo diamantado para hacer los cortes. El objetivo es ir poco a poco segregando esas inmensas masas de piedra hasta tener bloques de 24 o 25 toneladas. «Es la carga útil para que un tráiler lo pueda llevar», explica este gerente. De la cantera trujillana va destino a su tratamiento en Galicia. Resalta que la labor llevada a cabo se hace con respeto con el medio ambiente.

Cada bloque tiene un número, que es como si fuera su DNI. A ese número van asociadas las medidas de esa piedra, así como su trazabilidad.

Martín recuerda asimismo que los bloques se catalogan por su calidad. Si son de primera categoría, se llevan a la zona de Pontevedra. Ahí se cortan, se laminan, se pulen y casi en su totalidad van a Estados Unidos para utilizarlos en encimeras de cocina. Luego están las otras categorías que se dedican a obra pública. Son las que se han utilizado, por ejemplo, para solados en Trujillo y en Cáceres.

Lo que no vale para granito ornamental, se tritura para diferentes áridos que se suelen dejar para la zona. Sin embargo, por primera vez desde que se puso en marcha la cantera, hace 31 años, se mandó material de este tipo a Holanda. Sucedió en febrero.

Por ahora, esta cantera no tiene su fin a corto o medio plazo. De hecho, su producción a lo largo de los años, ha ido de menos a más, adaptándose a la demanda. «No hay un estudio que pueda decir cuándo se puede acabar la piedra», señala su responsable. No obstante, recuerda la cantera está situada en un batolito granítico muy amplio. Por ello, considera que antes de que se agote es fácil que se deje de explotar porque no se venda o no interese.